LA IMPORTANCIA MAYÚSCULA DE DISCERNIR ENTRE CRECIMIENTO Y DESARROLLO

Hoy bajo un contexto electoral, se hace necesario analizar con propiedad lo que significa una planificación nacional, lo que se espera lograr y sus respectivos objetivos. Sin embargo, en las propuestas de los candidatos presenciales actuales, estuvo ausente la PLANIFICACIÓN, lo cual nos hace asumir que seguimos siendo un país sin norte, sin visión país, hacia el futuro.

Somos muy consciente que hay problemas inmediatos que resolver: la pandemia y reactivación económica, los cuales se pueden atender con un plan de emergencia, pero no debe soslayarse el plan de mediano y largo plazo. No se puede seguir sólo "apagando incendios" sin mirar el futuro con temas concretos de crecimiento y desarrollo.

Y justamente hoy queremos enfatizar ambos conceptos, muchas veces confundidos o que para algunos significan algo similar, lo cual evidentemente NO es lo mismo; independiente de la arista profesional que se aplique puede variar o matizarse la definición de ambos conceptos.

Si queremos hacer GESTIÓN, tenemos que tener muy claros y precisos, ambos conceptos. En Management o Gerencia, se puede aplicar a la Gerencia Pública y Privada, además dichos conceptos son diferentes y no excluyentes.

Crecimiento es un objetivo por el cual el país o una empresa busca incrementar sus activos en general, aumentar sus usuarios, clientes, mercado, proveedores o servicios públicos (en el caso estatal), es decir está vinculado más a la CANTIDAD, lo cual no es negativo, pero no suficiente. Ergo, un país o empresa no puede solo crecer, por ser un avance parcial o incompleto.

El otro concepto DESARROLLO significa mejora, innovación y evolución. Consecuentemente, el país y las empresas requieren lograr objetivos de desarrollo al mejorar sus activos, personal, tecnología, infraestructura y otros. Está referido a la CALIDAD y a la EVOLUCIÓN (con cambios para un auténtico progreso, mejoras del nivel de vida e indicadores de prosperidad de un país o empresa).

En ése marco conceptual simple pero claro, los GERENTES PÚBLICOS o PRIVADOS deben buscar alcanzar los dos objetivos y no sólo uno de ellos, pueden ser secuenciales o paralelos. Se reitera, no basta con crecer, hay que desarrollar.

Cuando desarrollamos buscamos optimizar lo que tenemos, para ello aplicamos: ciencia y tecnología, así como innovación, investigación y calidad, entre otros elementos. Por ejemplo, debemos trazar objetivos de desarrollo de mejorar la calidad de educación en el Perú (desarrollo) y no sólo tener más colegios, estudiantes o maestros con el nivel o características actuales (crecimiento); otro ejemplo valedero, es relativo al crecimiento económico versus el desarrollo económico. En el primero, se ubica la productividad y en el segundo, mejoras en las condiciones y la calidad de vida de la población.

Por lo tanto, existe una significativa diferencia entre ambos temas, aspectos u objetivos: crecimiento y desarrollo. En ese marco, busquemos desarrollar y no sólo crecer. Históricamente, varios líderes políticos se han ufanado de haber hecho crecer al país, pero ello no es suficiente ni lo mejor, es un avance parcial, pero lo PRINCIPAL es desarollar para un auténtico progreso y evolución de un país o empresa.

Evidentemente, para desarrollar hay que crearse condiciones mínimas: un plan de desarrollo, inversión y cuadros técnicos así como líderes con dicho enfoque, igualmente es necesario mantener un plan sostenible, que pueden aplicarse ciertos ajustes periódicos, pero no renunciar a su propósito esencial: "mejorar constantemente"(evolución programada).

Ojalá que los tecnócratas, líderes políticos, autoridades y la sociedad en su conjunto, comprendan muy bien los dos conceptos y hagan gestión en dicho marco. De hecho, los primeros por ser profesionales y especialistas o expertos lo conocen, pero deben decidir aplicarlo.

La gestión pública o privada hay que planificarla, organizarla, dirigirla y controlarla de una manera simple, firme y sostenible: debemos trazar, ejecutar y evaluar objetivos con indicadores o índices de crecimiento y especialmente, de desarrollo apoyados con el tema de continuidad de gestión, se puede cambiar autoridades, pero la planificación se mantiene y es permeable de hacerse ajustes, sin perder (se reitera) su esencia: desarrollo y progreso individual y colectivo.

Conocemos que cada vez surgen nuevos modelos de gestión, más tecnificados y con soporte de las TICS (Tecnologías de la Información y Comunicaciones), sin embargo a priori hay que trazar el enfoque macro o general de gestión (como una política matriz) bajo conceptos y objetivos muy claros, definidos y trasmitidos a toda la organización, sea pública o privada.

Busquemos que nuestro país y empresas tengan una visión precisa hacia donde vamos a 5, 10 y 20 años en cada uno de los sectores nacionales o gerencias de las empresas, respectivamente. Alli nos puede servir mucho un plan estratégico, con una retroalimentación oportuna y eficiente, además de contar con gerentes públicos o privados (según corresponda) convencidos de dicho enfoque.

Un aporte adicional, sin ánimo de crear una utopía, todas las instituciones públicas y empresas deben apoyar dicho enfoque, adecuando a cada realidad y rol, pero sin perder su esencia, utilizando otra herramienta: gerencia por resultados, donde se mida constantemente la inversión que se realiza o ejecuta versus avance o porcentaje del objetivo respectivo. Allí, es exactamente donde se mide y evalua la capacidad con eficacia, de los llamados gerentes públicos o privados.

Hay que evitarse cinco (5) fallas o defectos:

a-. Improvisación y cortoplacismo.

b-. Involución.

c-. Ineptitud.

d-. Corrupción.

e-. Politización de la gestión.

 

Cada peruano puede ayudar, desde su trabajo, con el presente enfoque y aplicando en toda la sociedad una orientación transversal de los valores éticos a todo nivel (responsabilidad, compromiso, honestidad, solidaridad  y puntualidad, entre otras temáticas axiológicas). 

A seguir cuidándonos respecto al tema de la pandemia.

Les reafirmo mi saludo cordial:

Dr. Leonardo Velarde Dávila.

01 de junio del 2021.