LA HUMILDAD DE LAS PERSONAS Y EL PODER

La humildad en las personas es una de las cualidades más importantes que existen y que se prueban diariamente ante circunstancias de un poder político, económico, social e incluso intelectual. La naturaleza humana busca logros y éxitos es normal sin embargo, cuando se alcanza dichos logros es bueno percibir y observar la reacción de las referidas personas. 

Otra afirmación sustentada indica que cualquier poder "embriaga" lo cual genera comportamientos de superioridad, autosuficiencia e inclusive petulancia, sino en todos los casos, en un notorio porcentaje. Por ello surge la necesidad de mantener sólido el nivel de humildad en nuestros principios, códigos y comportamiento diario.

De algo estamos seguros, que el poder es "efímero" no es para siempre, por lo tanto es la primera reflexión que debe sostener nuestro grado de humildad en cualquier hecho, trabajo o escenario. Cuando asumamos un cargo, una nueva posición social o un mayor grado académico que no nos gane la soberbia o el orgullo desmedido, no es lo aconsejable.

Además la vida tiene altibajos, hay que saber proceder en situaciones prósperas y adversas, nada es permanente o para siempre. Es una sensata actitud que nos debe conducir a mantener nuestra humildad, en todo momento o circunstancia.

De otro lado, no hay que confundir el concepto de humildad con debilidad, son temas muy diferentes. La humildad es mantener una sencillez de seguir actuando con prudencia, participación y comprensión con todos y para todos. Y especialmente en el plano intelectual, reconocer que no todo se conoce, que falta mucho por aprender y que inclusive, se comparte lo aprendido.

Abordamos esta temática, porque observamos diariamente a personas que reciben cargos, honores y ascensos o status mayores y comienzan actuar diferente a su estado anterior, lo cual no es lo aconsejable. Es cierto que con los nuevos cargos, grados u honores hay que actuar con estereotipos acorde a todo ello, pero ello no debe nublarnos y caer en una actitud de arrogancia o el mencionado orgullo desmedido.

Hay un viejo y sabio adagio que se podría aplicar: "mientras seas más o tengas más, tu humildad debe ser mayor". Ello no excluye saber reconocer y felicitar los logros a una persona, pero dichas satisfacciones o congratulaciones se reitera "no debería embriagarnos" al contrario, se debe seguir siendo humilde.

En varias grandes obras clásicas y libros de antología, se indica la humildad como un testimonio de grandeza humana, que en la práctica aún pocos saben cultivar en la vida diaria. Todo ello debe estar articulado al actuar con clara coherencia, vale decir: pensar, hablar y actuar consecuentemente. No basta con decir soy humilde, hay que demostrarlo y allí se aplica la ilustrativa frase "por sus hechos, los conoceréis".

Tampoco apliquemos el concepto de humilde, como peyorativo o discriminatorio cuando lo usan para referirse a personas de pocos recursos. La humildad no significa pobreza, en su exacto sentido es una actitud y un comportamiento de calidad de persona….de calidad humana.

Se reitera los fraternos saludos.

Muy cordialmente:

Dr. Leonardo Velarde Dávila.

01 junio 2022.