LA FALTA DE ÉTICA EN ALGUNOS PROFESIONALES

Las experiencias de vida nos permiten argumentar una serie de hechos y comportamientos en la relación con profesionales. En todas las actividades hay serios o éticos y también, de los otros; por ejemplo en los profesionales de la salud, hay médicos o doctores que no abordan la enfermedad para curar sino para controlar o mantener haciendo numerosas las consultas, médicamentos y análisis o procedimientos. También hay operaciones o cesáreas que podrían evitarse o en el caso de las primeras, adoptar un tratamiento; se reitera, hay doctores que si son honestos y aplican lo que corresponden, pero otros que están orientados al sentido exclusivo del lucro.

Por ello, en estos tiempos de gran consumismo nos encontramos con muchas situaciones antiéticas similares. Un caso semejante ocurre con los laboratorios que producen o comercializan grandes cantidades de medicinas y sólo para sobrellevar la enfermedad o dolencia y no para superarla (obteniendo altas ganancias).

Estas situaciones son altamente preocupantes porque están de por medio, vidas humanas. Hay un tema no menos importante, al sobrellevar la enfermedad no sólo se extiende innecesariamente el tratamiento, tiempo y costo, sino se empeora dicha enfermedad lo cual puede llevar incluso a la gravedad o muerte de los pacientes.

En la ingeniería civil por ejemplo puede suceder un escenario parecido, al no construirse edificaciones con calidad de materiales, instalaciones o diseños adecuados; en el caso de los gerentes o administradores con una gestión negativa por dolo o malversación, puede derivar en la quiebra de la empresa y la pérdida de empleo de muchos trabajadores que afectarán a sus respectivas familias, con todas implicancias económicas, sociales y de salud mental o emocional que ello implica.

Y así podemos tratar en las diferentes profesiones, incluyendo a los políticos y sus graves consecuencias de una deficiente gestión gubernamental y que afecte algo SUMAMENTE IMPORTANTE: LA ESTABILIDAD Y EL FUTURO DEL PAÍS.

En sumatoria, nos está faltando aplicar por convicción y no por obligación, las BUENAS PRÁCTICAS ÉTICAS EN CADA PROFESIÓN. Debemos trabajar con sensibilidad social, al servicio de los demás y en reciprocidad a la paga que recibimos por los servicios profesionales que se brinda.

Por experiencia propia, comparto haber tenido ocasionalmente casos de médicos que alientan el consumo de medicamentos cada vez más onerosos o caros y que no curan la enfermedad, solo la mantienen (el alto lucro por encima de la eficacia y ética profesional).

Ojalá que desde las aulas universitarias se insista en formar profesionales con ética y deontología profesional, donde recibamos una remuneración justa pero a cambio, un servicio o producto eficiente y que satisfaga nuestras necesidades.

Una temática lateral son aquellas empresas nacionales o extrnajeras, que producen o fabrican productos con elementos o componentes nocivos para la salud de los consumidores y que a la corta o larga generan enfermedades o limitaciones que podrían evitarse. Es una gran responsabilidad social, colocar en el mercado un producto o servicio asegurándose que cumpla con todas las exigencias sanitarias establecidas o reguladas. 

Todos tenemos derecho a hacer empresa o emprendimientos y brindar un producto o servicio a la sociedad, pero al hacerlo seamos concientes de hacerlo con ética, principios y con un sentido social, cuidando a nuestros clientes o usuarios, cuidando a nuestros consumidores o mercado.

Saludos cordiales.

Dr. Leonardo Velarde Dávila.

01 setiembre 2025.